Cómo el Yoga puede ayudarte con los ataques de ansiedad.

Poco a poco nos hemos ido desnaturalizando y es sencillo ver cómo todos en mayor o menor medida hemos sentido en algún momento “esa sensación”:  Sudor frío, mareos, ese incómodo vacío en la boca del estómago, respiración agitada, taquicardias o sensación de ahogo.

Muchas veces es un síntoma, y nos muestra que el estilo de vida que llevamos no es bueno para nosotros; otras, denota que somos seres sensibles. 

Lo primero que quiero transmitirte es que es absolutamente normal que a veces nos sintamos así.

Lo segundo, que si eres espectador de este problema en alguien cercano intentes ayudar a esa persona. Ya sea por sucesos traumáticos u otras causas el sufrimiento de esa persona en ese momento es real. Algo que puedes recomendar o que puedes hacer tú mismo si te encuentras indispuesto es seguir los pasos que vienen a continuación, y recuerda: reconocerlo e indentificarlo te puede ayudar a contraatacar:

“Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado”
El arte de la guerra, Tzun Tzu

1- Siéntate y respira: en el suelo o en una silla o incluso tumbado boca arriba si así te sientes mejor. Concéntrate en tu respiración. No temas, estás ahí, estás vivo y estás sintiendo cosas. Respira y trata de alargar las espiraciones. Quizás te ayude simular que  inflas un globo si estás espirando por la boca. Recuerda: inspira y espira lentamente. Poco a poco retomarás el control.  Cuando te sientas preparado inspira y espira sólo por la nariz. No tengas vergüenza en pedir ayuda si lo necesitas.

2- Una vez retomes el aliento, intenta percibir las sensaciones de tu cuerpo y siente cómo poco a poco, tras tomar las riendas de tu respiración, te sientes mejor. Puedes llevar una mano al pecho y otra al abdomen, y sencillamente, déjate sentir. Si todavía hay algo que te perturba en la mente, esto evitará que pierdas el control otra vez. Tómate un tiempo para reconectar con tu cuerpo.

3- Âsanas: Te ayudarán a evitar un  retroceso. Se deben hacer en los minutos siguientes y una vez superada la crisis, no antes. 

-Svastikasana: Sentados con las piernas flexionadas y cruzadas. Postura base para meditar y enraizarnos al suelo.

-Torsiones: Como Ardha Matyendrâsana  o  como  la media torsión tumbados en  el suelo. Para esta última nos tumbaremos de lado y llevaremos nuestro brazo hacia el lado contrario, de manera que la espalda descanse sobre el suelo, y el brazo que nos ayudó a girar también pero en dirección contraria a las piernas. Estas torsiones ayudan a descomprimir los canales de la columna favoreciendo la irrigación de sangre y moviendo músculos como el psoas.

– Adho Mukha Svanâsana 
-Savâsana-Matsyâsana

Posturas de carácter embrionario como Balâsana y Apanâsana.  Aunque estas últimas no favorecen una respiración amplia, su carácter instintivo te puede ayudar.

Si te sientes más cómodo puedes terminar haciendo la respiración alterna, Anuloma Viloma, para llenarte de energía.  

Ánimo.
No estás solo.
Con cariño,

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