LOS BLOQUES DE YOGA

Hoy abordamos otro de los accesorios estrella en la práctica de yoga: los bloques. 

Los bloques (o ladrillos) de yoga son tremendamente útiles durante todo nuestro recorrido en la práctica de Yoga, desde que empezamos hasta que llegamos a un nivel avanzado. Como en todo, hay diferentes precios y materiales. La opción más barata es la espuma de origen no natural. Si bien son duraderos, desde YogaLike siempre te recomendamos que busques unos fabricados con materiales de origen natural como el corcho o el bambú. Ten cuenta que estarán en contacto directo con tu cuerpo y con tu sudor, así que si tienes la opción puede ser una buena idea optar por algo natural.

Ahora bien, ¿cómo los usamos?

Cada postura tiene su variación específica y procuraremos introducirla en cada ficha de la categoría asanas, para que sepas cómo funcionan exactamente en cada una de ellas. A grandes rasgos podríamos decir que son extensiones de nuestros brazos y piernas, como el cinturón, pero en este caso nos hace de soporte en vez de conector.

Los bloques pueden hacer que tu práctica sea más cómoda cuando estás empezando (por lo general en esta etapa la flexibilidad todavía no está muy presente en la musculatura).

Pongamos el ejemplo de  Uttanâsana: Las piernas se encuentran estiradas y las manos deben ir a los lados de los pies apoyadas en el suelo. Una variación con este accesorio sería colocar un bloque a cada lado de los pies, de manera que no tengamos que bajar hasta el suelo desde nuestra flexión de caderas, sino solamente hasta posar nuestras manos en los bloques, obteniendo así un Ardha Uttanasana o medio Uttanasana. 

La misma opción tendríamos con Uttita Trikonâsana: la mano la colocaremos encima del bloque y no en el suelo, suavizando en este caso la inclinación lateral de la columna.

Pero, ¿sólo sirve para posturas de pie?


Para nada, el mundo de las variaciones con accesorios es cuasi infinito. Vamos a por otro ejemplo:

Una postura de flexión como Paschimottanâsana, puede ser todo un reto para personas con los isquiotibiales poco flexibles como ciclistas, corredores, gente que pasa muchas horas de pie, incluso personas que abusan del uso de zapatos de tacón. Una posibilidad que nos brinda alivio en esta postura es sentarnos sobre un ladrillo. Para ello colocaremos el ladrillo apoyado en el suelo sobre el área mayor de su dimensión, dejando que su anchura sea mayor que su altura. Este pequeño desnivel nos hará sentirnos más cómodos en la flexión, y es combinable con el uso del cinturón que nos ayuda a estirar la espalda. 

En posturas en las cuales estamos sentados también podemos usarlo, como en Sukhâsana, en ese caso sujetarán las rodillas y nos permitirá sentirnos más cómodos si no tenemos mucha apertura de caderas.

Te preguntarás entonces, ¿los bloques son utilizados de manera única para subsanar carencias de elasticidad?

Rotundamente NO. Los bloques nos permiten mil y una experiencias diferentes y nos acompañan en los cambios que atraviesa nuestro cuerpo. Ya me habréis visto mil veces decir que “todos los días el cuerpo no se encuentra igual” y es por eso que el uso de accesorios es tan enriquecedor. 

Los bloques pueden ayudarnos a despertar sensaciones distintas y a ampliar nuestros retos, como por ejemplo, volviendo a Paschimottanâsana, si lo pones a continuación de tus pies e intentas cogerlo, estarás trabajando para desarrollar más tu elasticidad. Para avanzados, hacer posturas de equilibrio sobre las manos con bloques, es un reto que obliga a reforzar todos los músculos trabajando por el sentido del equilibrio. 

Ahora, sabiendo lo que sabes… ¿Piensas introducir este accesorio en tu práctica?

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